En el mundo laboral actual, muchas organizaciones cuentan con empleados que deben desplazarse constantemente por carretera: técnicos, mensajeros, conductores, ingenieros, supervisores y personal comercial, por mencionar algunos. Este tipo de labores conlleva un riesgo constante: los accidentes viales causados por fatiga y distracción. Aunque parezcan problemas individuales, en realidad son riesgos organizacionales que deben ser gestionados de forma sistemática, especialmente si queremos preservar la vida, evitar pérdidas económicas y proteger la imagen de la empresa.
1. ¿Por qué la fatiga y la distracción son tan peligrosas?
La fatiga al volante es un estado de agotamiento físico o mental que reduce la capacidad de respuesta del conductor. La somnolencia disminuye los reflejos, entorpece el juicio y puede llevar incluso a quedarse dormido por fracciones de segundo, lo que es suficiente para causar una tragedia. Por otro lado, la distracción implica desviar la atención de la tarea principal de conducir. Esto puede deberse a factores como el uso del celular, comer mientras se maneja, escuchar música, o incluso ir en “piloto automático” pensando en otras cosas.
Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial de Colombia, en el año 2023 se registraron más de 7.400 muertes por siniestros viales, y se estima que casi el 35% de los accidentes están relacionados con errores humanos atribuibles a fatiga, distracción, exceso de velocidad y consumo de sustancias.
2. Causas comunes de fatiga y distracción en trabajadores
Identificar las causas nos ayuda a diseñar estrategias efectivas. Las más comunes son:
- Jornadas laborales extensas o sin pausas adecuadas.
- Mala calidad del sueño por turnos nocturnos o estrés laboral.
- Uso constante de dispositivos móviles durante los trayectos.
- Presión por cumplir metas de tiempo o productividad.
- Falta de pausas activas y alimentación inadecuada.
- Rutinas monótonas o viajes prolongados en solitario.
3. Estrategias para reducir el riesgo desde la empresa
Un enfoque de gestión preventiva puede salvar vidas. Estas son algunas de las principales estrategias que pueden implementarse desde el sistema de gestión organizacional:
3.1. Establecer una política de seguridad vial clara
Debe dejarse por escrito la postura institucional frente al uso seguro del vehículo, prohibiciones específicas (como el uso del celular al volante), y el compromiso de promover el descanso adecuado. Esta política debe estar alineada con el Plan Estratégico de Seguridad Vial (PESV) y ser conocida por todos los trabajadores.
3.2 Capacitación continua en conducción segura
No basta con una charla ocasional. Se debe programar formación periódica sobre los efectos de la fatiga y la distracción, incluyendo técnicas de autocuidado, pausas activas, y el uso adecuado de ayudas tecnológicas como aplicaciones que bloquean llamadas durante la conducción.
3.3. Diseñar rutas y planear recorridos
Evitemos cargar al trabajador con trayectos imposibles. Las rutas de trabajo deben permitir pausas, contemplar tráfico y condiciones climáticas. Asignar tiempo extra para imprevistos reduce la presión por llegar “a tiempo”.
3.4. Promover el descanso real
Fomentar hábitos de sueño saludables. Por ejemplo: evitar llamadas laborales nocturnas, respetar los días de descanso, y usar pausas activas en jornadas largas. Algunos empleadores incluso promueven técnicas de higiene del sueño a través de programas de bienestar laboral.
3.5. Monitorear y controlar el comportamiento al volante
Con ayuda de tecnologías como GPS o sensores telemáticos, es posible identificar conductas peligrosas como frenadas bruscas, exceso de velocidad o largos períodos sin detenerse. Lo ideal es usar esta información para retroalimentación positiva, no punitiva.
3.6. Fomentar una cultura de autocuidado
Cuando el trabajador entiende que su bienestar es prioridad, empieza a interiorizar que debe cuidarse para cuidar a los demás. Esto se logra fortaleciendo una cultura organizacional donde se reconozcan y valoren las buenas prácticas en la vía.
4. Un compromiso que salva vidas
Reducir los riesgos por fatiga y distracción no es solo responsabilidad del trabajador. Es un compromiso compartido entre la empresa, los líderes y cada colaborador. Cuando una organización toma en serio este tema, protege no solo a quienes conducen, sino también a sus familias, compañeros y a toda la comunidad vial.
¿Tu empresa ya ha implementado estrategias para prevenir la fatiga y distracción al volante?