Identificación de problemas ergonómicos y psicosociales en el trabajo remoto y soluciones prácticas
Con la expansión del trabajo en casa, muchas empresas y trabajadores han descubierto beneficios como la flexibilidad horaria, la reducción de tiempos de desplazamiento y una aparente mejora del equilibrio entre vida personal y laboral. Sin embargo, esta modalidad también ha traído consigo una serie de riesgos menos visibles pero muy reales: los riesgos ergonómicos y psicosociales.
Hoy, como expertos en prevención de riesgos laborales, queremos poner la lupa sobre estos aspectos, cada vez más relevantes, que pueden impactar tanto la salud de los trabajadores como la productividad de las organizaciones. ¿Cómo identificarlos y qué podemos hacer para mitigarlos de forma efectiva?
1. Riesgos ergonómicos: el enemigo silencioso en casa
Uno de los principales problemas del trabajo remoto es la falta de adecuación del espacio físico. No todos cuentan con una silla ergonómica, un escritorio adecuado o un monitor a la altura correcta. Esta falta de infraestructura puede generar una serie de molestias físicas que, con el tiempo, derivan en lesiones serias.
Señales de alerta
- Dolor en la zona lumbar o cervical.
- Tensión constante en hombros y muñecas.
- Fatiga ocular y dolores de cabeza frecuentes.
- Entumecimiento en piernas o brazos tras largas jornadas de trabajo.
Soluciones prácticas
- Ajustar la altura de la pantalla: El borde superior del monitor debe estar a la altura de los ojos. Usar libros o soportes improvisados puede ser una solución temporal eficaz.
- Invertir en una silla ergonómica o adaptar la existente: Un cojín en la zona lumbar y para apoyar la parte baja de la espalda pueden marcar la diferencia.
- Pausas activas cada hora: Levantarse, estirarse y caminar unos minutos ayuda a evitar tensiones musculares.
- Uso de accesorios: Un teclado y mouse externos permiten una postura más natural que el uso constante del portátil.
2. Riesgos psicosociales: más allá de lo físico
El aislamiento social, la dificultad para desconectarse del trabajo y la presión por mantener el rendimiento desde casa son algunos factores que están impactando el bienestar mental y emocional de los trabajadores.
Síntomas comunes
- Fatiga mental y agotamiento emocional.
- Ansiedad o irritabilidad constante.
- Problemas de sueño o dificultad para concentrarse.
- Sensación de estar “siempre conectado”.
Estrategias de mitigación
- Establecer horarios claros: Mantener una rutina diaria ayuda a diferenciar el tiempo laboral del personal.
- Crear un espacio exclusivo para trabajar: Incluso si es una esquina del comedor, delimitar el “lugar de trabajo” mejora la concentración y favorece la desconexión al finalizar la jornada.
- Fomentar la comunicación interna: Las empresas deben implementar canales para mantener contacto frecuente entre equipos, no solo para coordinar tareas, sino también para promover la cercanía emocional.
- Promover la salud mental: Acciones como charlas de bienestar, pausas activas grupales y acceso a orientación psicológica pueden marcar una gran diferencia.
Rol de las empresas: corresponsabilidad en la gestión del riesgo
Aunque el trabajo se realice desde casa, el empleador sigue siendo responsable de garantizar condiciones seguras y saludables. Según muchas legislaciones laborales y marcos de gestión como ISO 45001, la seguridad y salud en el trabajo se extiende al lugar donde se realiza la actividad laboral, incluyendo el hogar.
Buenas prácticas organizacionales
- Evaluación de riesgos remotos: Realizar encuestas o listas de chequeo virtuales para identificar condiciones ergonómicas y psicosociales.
- Capacitación continua: Enseñar a los trabajadores sobre postura correcta, pausas activas, gestión del tiempo y autocuidado emocional.
- Acompañamiento constante: Líderes que escuchen, den retroalimentación oportuna y estén atentos a señales de alerta.
4. Trabajo seguro: una inversión, no un gasto
Adaptar los hogares para que sean lugares de trabajo seguros no debe verse como una carga, sino como una inversión en bienestar, productividad y sostenibilidad del negocio. La prevención de enfermedades laborales y el fortalecimiento del clima laboral son beneficios tangibles que reducen ausentismos y aumentan la motivación.
Además, promover una cultura organizacional centrada en el cuidado y la empatía potencia el compromiso del equipo y refuerza la imagen de la empresa como un lugar donde vale la pena trabajar.
Conclusión
La seguridad en el trabajo no termina en la oficina; también debe acompañarnos a casa. Identificar y gestionar los riesgos ergonómicos y psicosociales en el trabajo en casa es fundamental para proteger la salud física y mental de los colaboradores. Con pequeñas acciones podemos lograr grandes cambios.
Y tú, ¿qué estrategias estás aplicando para que tu espacio de trabajo en casa sea más saludable?